SRA. NAMOND: Oye, gracias por tomarte un ratito para hablar conmigo hoy.
LUCAS: ¿Estoy en problemas o algo así?
SRA. NAMOND: No, solo quería hablar contigo. No hablamos mucho en la clase y hay algunas cosas que me gustaría preguntarte para ver qué opinas.
LUCAS: Ah. Bueno... De todas formas no quería ir al recreo.
SRA. NAMOND: Te extrañamos la semana pasada cuando no estabas.
LUCAS: (no responde)
SRA. NAMOND: La nota de tu mamá decía que estabas enfermo. ¿Qué ocurrió?
LUCAS: A veces me siento cansado y no me siento bien del estómago. Es mejor si me quedo en casa, ¿sabe? No tengo que tomar el autobús... es más fácil.
SRA. NAMOND: ¿Qué quieres decir cuando dices que es “mejor” si te quedas en casa?
LUCAS: O sea, las mañanas son de locos y estamos todos muy dormidos y todos están gruñones. Si no tuviera que tomar el autobús, podría dormir un poco más. La casa de mi abuela durante el día es tranquila y eso hace que mi estómago deje de doler.
PENSAMIENTO DE LUCAS: Debo caerle muy bien. No sabía que le importaban estas cosas.
SRA. NAMOND: Quizás las mañanas serían un poco mejores si te fueras a dormir más temprano.
LUCAS: (encoje los hombros)
PENSAMIENTO DE LUCAS: Eso no funcionará. No me diga...
SRA. NAMOND: Ya faltaste algunos días este año, así que eso sucede bastante seguido.
LUCAS: Sí. A veces me duele el estómago o me siento cansado. Generalmente vengo a la escuela de todas formas. Pero a veces mi mamá me deja quedarme en casa. Después me siento un poco mejor, pero ya es tarde para ir a la escuela.
SRA. NAMOND: ¿Qué dijo el doctor?
LUCAS: Dijo que no era nada malo. Mi abuela dice que no es ese tipo de enfermedad.
SRA. NAMOND: ¿Sí? ¿Qué cree que es?
LUCAS: Dice que soy “nervioso” como mi abuelo. Que me preocupo demasiado por las cosas.
SRA. NAMOND: ¿Tú qué opinas?
LUCAS: No sé. No sé cuánto se preocupan los demás.
PENSAMIENTO DE LUCAS: Si fuera un superhéroe como el del dibujo... No me preocuparía por nada.
SRA. NAMOND: Dudo que te preocupes más que los demás.
LUCAS: ¿Pero cómo lo sabe?
SRA. NAMOND: Tienes razón, no lo sé.
COMENTARIO DE JACKIE: Al dar su opinión, solo interrumpió el flujo de la conversación y, por el momento, la Sra. Namond no tiene suficiente información para calcular cuánto “debería” preocuparse Lucas. En lugar de eso, intente hacer una pregunta o demostrar empatía para comprender mejor la perspectiva de Lucas. La Sra. Namond podría decir: ¿Qué cosas te preocupan? A lo que Lucas podría decir: No sé. A veces me preocupa que nunca podamos arreglar la casa. Que tengamos que vivir para siempre en la casa de mi abuela.
SRA. NAMOND: ¿Cuándo debería estar arreglada tu casa?
LUCAS: Dijeron que iba a estar lista el mes pasado. Ahora dicen que no será hasta el mes que viene. Pero no lo creeré hasta que la vea. Dicen que el humo del incendio lo cubrió todo.
SRA. NAMOND: Cuéntame sobre el incendio. ¿Qué ocurrió exactamente?
LUCAS: Me duele el estómago. ¿Puedo recostarme?
SRA. NAMOND: ¿Preferirías que no habláramos sobre el incendio?
LUCAS: (no responde)
SRA. NAMOND: Lucas, entiendo que no quieras hablar sobre el incendio en este momento. ¿Te importaría si habláramos un poco de otras cosas; por ejemplo, sobre cómo estás ahora?
LUCAS: Bueno.
COMENTARIO DE JACKIE: Al abordar temas posiblemente delicados, es recomendable pedir permiso primero (“¿Está bien si hablamos sobre el incendio?”). Esto hace que la otra persona se sienta más cómoda y con mayor control de la situación.
PENSAMIENTO DE LUCAS: Dibuja... Solo dibuja. Quizás necesita un caballo. Así podría huir.
COMENTARIO DE JACKIE: Usted y Lucas todavía no hablaron mucho y él aún no se siente del todo cómodo para sincerarse con usted. Puede intentar que la conversación avance y conectarlo con la ayuda, pero quizás él estaría más receptivo si antes dedicara más tiempo a hablar de su experiencia en el aula.
SRA. NAMOND: ¿Cómo es vivir con tu abuela?
LUCAS: Uf, horrible. Todos están estresados. Nadie tiene suficiente espacio. Me cansa.
SRA. NAMOND: ¿Cómo es cuando hablas con tu familia sobre lo difícil que esto es para ti?
LUCAS: No lo sé. Están ocupados. Y muy molestos. Quizás más molestos que yo.
SRA. NAMOND: Claro, seguro esto es estresante para todos.
LUCAS: (da un gran suspiro) Sí.
SRA. NAMOND: ¿Conoces a la Sra. Jones, la consejera guía?
LUCAS: Sí.
SRA. NAMOND: Ella es una muy buena persona para hablar de vez en cuando. Sabe escuchar muy bien.
LUCAS: (no responde).
SRA. NAMOND: ¿Qué te parecería si organizamos un momento especial para que la Sra. Jones y tú se vean?
LUCAS: Está bien.
SRA. NAMOND: De acuerdo, te diré si puedo organizarlo.
SRA. NAMOND: Bueno, gracias por hablar conmigo. Me gustó mucho, Lucas.
LUCAS: De nada.
SRA. NAMOND: El recreo casi termina. ¿Quieres quedarte dibujando hasta que termine?
LUCAS: Sí. Ya casi termino.
SRA. NAMOND: Muy bien.
JACKIE: Escuchemos lo que Lucas pensó de esta conversación.
LUCAS: La Sra. Namond es buena. Creo que le gusta hablar. Es un poco entrometida. Cuando hablamos la primera vez, tenía miles de preguntas. Eso fue un poco... raro. Soy bastante tímido, así que cuando la gente me hace preguntas y más preguntas, me asusto un poco. Creo que realmente quería saber.
Pero en algunos momentos intentó decirme qué hacer... sin comprender del todo, ¿sabes? Eso fue un poco molesto. Por ejemplo, me dijo que me fuera a dormir más temprano. Pero no puedo hacer eso.
Nos reunimos un par de veces más. Hablamos de diferentes cosas... por ejemplo, sobre cómo está el arreglo de mi casa, cómo me siento con los niños de la escuela... le conté más sobre el incendio. También estoy hablando con la Sra. Jones sobre las mismas cosas. Ahora es más fácil pensar en eso.
Y mi mamá y mi papá estuvieron en la escuela. Supongo que también les gusta hablar con la Sra. Namond y la Sra. Jones. Mi mamá dijo que no se había dado cuenta de cuánto sueño tenía yo en la escuela y ahora ella y papá van a hablar a otra parte cuando tienen que hacerlo.
Así que todo está mejor. Creo que tengo mucha suerte de estar en la clase de la Sra. Namond este año.