JACKIE: Imagine que una maestra tiene un estudiante que siempre entrega la tarea tarde e incompleta. Un día ella le pregunta al respecto y él dice...
ESTUDIANTE: No puedo trabajar si mi hermanita me molesta.
Quizás la solución parece obvia y usted responde: “Debes encontrar un lugar para hacer tu tarea”. Pero él no escucha...
ESTUDIANTE: Me gusta estar con mi hermana.
Podría orientarlo hacia la decisión correcta al decir: “No importa, tienes que hacer la tarea.
ESTUDIANTE: Pero ella se pondrá triste.
Esto podría hacer que la maestra perdiera la paciencia: “Si no entregas la tarea, no aprobarás”. Veamos qué estuvo mal. Dar consejos, mostrar desacuerdo y criticar pueden convertir una conversación en una pelea, hacer que la otra persona responda a la defensiva, y resaltar su autoridad por encima de ella, nada de lo cual es su objetivo si la persona le preocupa y desea que se sincere.
Antes de comenzar una conversación delicada, recuerde que en esas situaciones, su función es la de un adulto que da apoyo y no la de alguien que imparte conocimiento.
Esto ayuda a volver a enfocarse a fin de estar preparado para escuchar. Solo cuando la otra persona se sienta escuchada (y cuando usted tenga suficiente información para comprender la situación), debe pasar a una solución de problemas colaborativa.
Hablemos de una manera de escuchar activamente. Probablemente ya esté familiarizado con las preguntas abiertas, que le permiten obtener más información y demuestran su deseo genuino de comprender. Pero, si hace demasiadas preguntas seguidas, la otra persona puede sentir que la están interrogando en lugar de sentirse como un par en la conversación. Esto puede incomodarla y hacer que se quede callada.
Escuchemos un ejemplo de esto entre la maestra y el estudiante:
MAESTRA: ¿Qué hacía tu hermanita? ¿Qué dijeron tus padres? ¿Cómo resultó eso?
ESTUDIANTE: Mire, no es gran cosa. Mañana entregaré las tareas.
Como en cualquier conversación, usted debe hacer afirmaciones y preguntas. Al escuchar activamente, sus afirmaciones deben alentar a la otra persona a seguir compartiendo, y no debe interrumpir con sus propios consejos o juicios. En estos casos son útiles las frases que demuestran empatía, con las cuales usted refleja lo que cree que la otra persona dice, piensa o siente para asegurarse de que comprendió. De esta manera, la persona podrá corregirlo si usted no entendió del todo.
Podría decir algo como “Entonces estás bien. Puedes jugar con otras niñas”. Pero la otra persona puede molestarse si le repite sus mismas palabras textualmente. Podría decirle algo como “Imagino que aún la extrañas mucho”, pero esta no es una frase que demuestra empatía. De hecho, es una contradicción de lo que acaba de decir. Pero la afirmación que mejor refleja lo que usted cree que el estudiante dice, piensa o siente es “Las cosas son más fáciles porque hiciste otros amigos”. Así usted, el educador, ofrece su interpretación de lo que el estudiante dijo. Nuevamente, la frase que refleja lo dicho no tiene que ser perfecta; la estudiante puede corregirla si está equivocada.
MAESTRA: Las cosas son más fáciles porque hiciste otros amigos.
Si lo prefiere, puede comenzar las frases que demuestran empatía con expresiones como “Me parece que...” o “Lo que entiendo es...” para resaltar que su frase es simplemente su interpretación. Una buena frase que demuestra empatía sería “Tú y Olivia tienen una amistad especial”. No caiga en frases como “¿Olivia era tu mejor amiga y no se puede reemplazar?”, porque podría ser una buena frase que demuestra empatía pero está formulada como pregunta, y algo como “¿Tus otros amigos no son lo mismo?”, que son sus palabras textuales, podría hacerle sentir que se burla de ella o que no le cree.
Con frecuencia usamos frases que demuestran empatía en conversaciones informales con amigos y familiares para aclarar lo que dice otra persona. Observe la frecuencia con la que hace esto durante los próximos días. Entonces, intente usar frases que demuestran empatía, junto con preguntas abiertas, en conversaciones más sensibles, cuando desee animar a una persona a abrirse.